El fundo Las 3R avanza en la transición agroecológica (II)
Diego Sequera
Prensa del monte
Las
3R ha ido disminuyendo considerablemente la financiación estatal. Si en un
primer momento recibían por parte del gobierno revolucionario un 100% de
incentivo económico, cuatro años después, éste ha disminuido a un 20%. ¿Un
elemento clave para que esta disminución se dé de forma tan contundente? Lo
repetimos una vez más, la sustitución de agroquímicos y pesticidas por abono
orgánico, la simplificación del paquete tecnológico, la rotación de
cultivos.
Frai
echa el cuento:
“Nosotros
entramos aquí sembrando una semilla transgénica, donde el ataque de plagas era
inmenso. Entonces para cada plaga, un producto. Era lo que nosotros vivíamos.
Que para cada insecto, para cada plaga, un producto y todos los días del mundo
tú te levantabas y revisabas el maíz y tenía algo diferente, y tenías que salir
corriendo a las agrotiendas esas a buscar cada día un veneno diferente, un
tóxico diferente.
¿De
qué nos hemos dado cuenta desde que el Estado prohibió un poco el uso de los
agrotóxicos y los transgénicos? Nosotros ahora sembramos una semilla que es
propia, ¿y qué hemos visto? Que el plan de inversión para nosotros ha sido
menor, nos hemos dado cuenta que ese paquete tecnológico no lo hemos
necesitado, no sabemos si era la misma estrategia de Monsanto de aplicarnos la semilla
transgénica y en seguida el paquete tecnológico”.
No es suficiente la arepa
Pero
no sólo se ha limitado al esquema producción-distribución-consumo como algo
cerrado y que no toma en cuenta lo que algunos economistas llaman las
externalidades. Es decir, los elementos materiales y tangibles que no son
visibles en los criterios de evaluación económica, las cifras y los índices de
producción, por ejemplo, en el orden del bienestar laboral: el esquema
agroecológico obliga a colectivizar más aún la mano de obra y la atención sobre
la siembra, se contrapone a las tareas en el marco de lo agroindustrial donde
en esta pequeña extensión de tierra menos manos, mejor “equipadas” –siempre
dentro de esa lógica- podrían llevar a cabo ese trabajo con menos involucramiento
y tal vez menos gente. En esto también apunta esa idea del círculo que siempre
se asoma en la conversa.
Frente
a los reflejos que condicionan ese trabajo cifrado en el orden capitalista,
individualizado se le contrapone un modo desalienado y colectivo. Pero hay
otros elementos que consolidan esta otra mirada al trabajo agroecológico en su
vinculación dentro del ejercicio comunitario.
El pulmón
Entre
el sector dedicado al cultivo de maíz, en el flanco este del fundo, y el flanco
occidental en donde se encuentra la casa, la maquinaria, el gallinero, la
cochinera, las lagunas para la cría de cachama, los distintos rubros sembrados,
las casas de cultivo protegido y el huerto organopónico, media un pequeño
bosque de dos hectáreas que todavía conserva parte de la flora exuberante y
alucinada del estado Yaracuy. Árboles centenarios, aves del paraíso, etc. “El
pulmón vegetal” lo llaman:
“Tenemos
un área que estamos reforestando con café. Sí, lo estamos reforestando pero que
sea una reforestación que le podamos sacar provecho sin acabar con las especies
que hay en ese pulmón vegetal. En ese bosque estamos buscando una
diversificación con café, flores exóticas, una es la parte económica pero la
otra es que tenemos personas que vienen aquí, llega gente de caracas tengan
algo más que ver, queremos en ese espacio un lugar que tenga un aspecto más de
recreación que de producción”.
El papel de las Madres del Barrio
Una
aclaratoria necesaria: que Las 3R se encuentre en esta fase de desarrollo
alternativo no se puede entender como un fenómeno que salió de la nada, sin
apoyo alguno y a puro pulso. Cierto, a puro pulso también, pero de alguna forma
o de otra, ha existido un apoyo del Estado. El financiamiento ha sido
fundamental y se ha retribuido con creces, todavía al día de hoy la cooperativa
recibe apoyo y asesoría cubana, que ha sido un aporte sólido a la realización
del proyecto.
Es
por esa vía que llega la cría de cerdos en cama profunda al fundo, de la mano
de un grupo de quince madres del barrio de las comunidades cercanas al fundo,
principalmente de Las Tapias.
El
método de cría en cama profunda es parte del curso de formación que el equipo
cubano realiza con las Madres del Barrio y consiste en mantener la cochinera
con, literalmente, una cama de 60 centímetros de espesor hecha a base de
cáscaras de arroz, de café o paja, resolviendo por esa vía el problema del agua
y del drenaje:
“No
es la cría convencional en la que tienen veinte cochinos en cinco o seis metros
cuadrados que es una gastadera de agua, que contamina, todo eso, el gasto en
alimento, en cama profunda es un espacio parecido pero con la diferencia de que
se mantiene en mejores condiciones de higiene sin estar gastando en agua y sin
contaminación, nada de moscas, es algo que hay que verlo y practicarlo, de todo
eso que viene quedando del estiércol y de la paja que hay que ir cambiando cada
seis meses la capa lo que sacamos de ahí nos sirve como abono orgánico, nada se
desprecia”.
Este
es el ejercicio práctico del curso que realizan las madres del barrio con la
asesoría cubana. Es además un conocimiento adquirido para la cooperativa y otro
elemento que va consolidando decisivamente la autogestión.
“Nosotros
desde aquí nos sumamos a esa labor y decidimos apoyar a las Madres del Barrio. Fuimos
a la institución, las convocamos, les planteamos que nosotros también
necesitábamos a las madres del barrio para nosotros brindarles, dentro de este
círculo, un apoyo que nos serviría a nosotros también para la experiencia y
nosotros contribuir con ellas. Entonces ellas ahora también están metidas
dentro de este fundo, ellas, a pesar de venir con casi ninguna experiencia ni
nada de eso vienen jugando un papel bien importante en este fundo. Porque
nosotros también la estimulamos y buscamos la manera en que ellas pasen por la
transición. Antes veíamos a unas madres con una tristeza que se le notaba en el
rostro, hoy en día conversamos con ellas y se les ve otro semblante, otro
ánimo, quiere decir que sí estamos funcionando, pero no es nada más una cosa de
Estado, es cosa de las personas que rodeamos ese círculo y también que creemos,
siendo ellas pueblo, la misma clase que nosotros, que estamos avanzando todos. Es
parte de nuestro aporte”.
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